CÓMO CONSEGUIR EL BRONCEADO PERFECTO SEGÚN EL TONO DE PIEL, GLAMOUR SPA
TE DA LOS MEJORES CONSEJOS
Comprender el proceso de bronceado. Los melanocitos son las células
especializadas responsables por la producción de melanina. Cuando estas células
se encuentran expuestas a rayos ultravioleta reaccionan produciendo más
melanina, lo que influye en la coloración de la piel.
La melanina absorbe la luz ultravioleta (UV). Una vez que se ha
desarrollado un nivel básico de melanina, ésta provee protección contra la
sobrexposición a la luz UV. Dependiendo de cuánta luz reciba la piel, ésta
reaccionará tornando más oscura. Si la piel recibe más luz solar de la que
puede soportar, se producen las quemaduras por el sol. Por esta razón es
importante conocer el tipo de piel que se tiene para poder regular la
intensidad adecuada a la hora de broncearse.
Las camas o cabinas para bronceado y la piel blanca
Los efectos del bronceado son diferentes sobre cada tipo de piel. Si
usted es de piel blanca o pálida y desea acudir a un centro de camas o cabinas
solares, hay algunas cosas que necesita saber previamente:
Los tipos de piel están clasificados en 6 categorías, enumeradas en un
orden. La piel tipo I, el tipo de piel más pálido, es la más vulnerable a las
quemaduras por bronceado. Debe tomar una ducha antes de broncearse, ya que el
maquillaje y el perfume pueden hacer que la piel se exponga en mayor medida a
las quemaduras.
Si usted quiere broncear su piel blanca, use un protector solar de 20-30
SPF como mínimo. Broncear una piel blanca puede resultar peligroso si no se
toman precauciones.
Consulte a un profesional en su centro de belleza para adquirir cremas
humectantes especialmente diseñadas para el bronceado en camas solares. Se
deben aplicar tanto antes como después de cada sesión.
Las lociones diseñadas para el bronceado en camas solares no deben ser
utilizadas para el bronceado exterior tradicional, ya que no protegen la piel
contra los peligrosos rayos UVC del sol.
Utilice productos diseñados para la protección de los labios contra los
rayos UV.
Utilice siempre gafas protectoras.
Para el tipo de piel pálida, un bronceado saludable implica sesiones de
muy corta duración al principio. Dependiendo de las reacciones de la piel el
tiempo de bronceado puede aumentarse poco a poco, hasta alcanzar la duración
máxima. Este proceso puede tomar una buena cantidad de tiempo, por lo que se
requiere paciencia.
Deje transcurrir entre 24 y 72 horas antes de broncearse de nuevo. Al
cuerpo le toma tiempo desarrollar el bronceado: no hay que tratar de acelerar
el proceso. El exceso de bronceado y la piel envejecida van de la mano.
Si usted desea broncearse sin traje de baño, broncee las zonas sensibles
del cuerpo sólo durante la mitad del tiempo de una sesión las primeras tres o
cuatro sesiones.
Si experimenta sarpullido, picazón o cualquier otro problema de la piel
tras broncearse, consulte a un médico.
El bronceado y la humectación
Los aditivos humectantes presentes en las lociones profesionales para
bronceado ayudan a reducir las arrugas, el envejecimiento prematuro, la
resequedad y las quemaduras causadas por los rayos UV. Además, estas lociones
ayudan a la piel a producir el tono oscuro que las personas desean al
broncearse.
Las marcas genéricas de lociones por lo general no incluyen ingredientes
que produzcan un bronceado de calidad o una protección adecuada contra los
rayos y sus peligrosos efectos secundarios. Los productos humectantes no
diseñados especialmente para broncearse sólo deben utilizarse tras las
sesiones, no antes. Consulte a un profesional acerca de las mejores lociones.
Acerca de los colores de piel
La Academia de Dermatología Americana (AAD) y la FDA clasifican la piel
en seis tipos diferentes. Este ordenamiento se basa en dos parámetros: la
sensibilidad ante los rayos UV (provenientes del sol o de las camas solares) y
el tono de piel.
Los 6 tipos de piel son:
I – Piel blanca, se quema fácilmente, nunca se broncea.
II – Piel sensible a la luz, se quema más fácilmente de lo que se
broncea
III – Piel clara, se broncea tan fácilmente como se quema
IV – Piel morena clara, se broncea más fácilmente de lo que se quema
V – Piel oscura, no se quema fácilmente, se broncea casi completamente
VI – Piel negra, nunca se quema, se broncea completamente
La piel
La piel tiene dos capas: la epidermis y la dermis. La epidermis es la
capa exterior, la parte de la piel con que tocamos y sentimos. La dermis es la
capa interior. La diferencia entre ambas es que la primera está formada por
células muertas, mientras que la segunda lo está por células vivas. La dermis
contiene los melanocitos, los responsables por la producción de melanina, la
pigmentación que le da el tono a la piel.
Cuando el cuerpo se expone al sol o a las camas de sol, la piel
reacciona a los rayos de luz. Para protegerse lo que hace es producir más
melanina. Si la luz es demasiado intensa, la piel se quema. Hay que asistir a
la piel en su protección para prevenir las quemaduras. Pero recibir la
suficiente luz solar como para lucir un buen bronceado también es saludable.
Para alcanzar el balance las camas solares permiten controlar la intensidad de
los rayos UV que el cuerpo recibe.
El tipo de piel y el bronceado
Cuando una persona acude a centros estéticos con camas solares, se le
pregunta cuál es su tipo de piel. Si no lo sabe, el asistente explica la
clasificación de la piel y la importancia de conocerla. Es fundamental conocer
el tipo de piel propio antes de broncearse. Es lo que permite seleccionar la
duración adecuada para cada sesión.
Una persona de piel tipo I, el tono más pálido de piel, en lugar de
broncearse sufrirá quemaduras en la cama solar si permanece en ella durante
varios minutos. Este ejemplo sirve para subrayar la importancia de conocer la
propia piel antes de exponerse a sesiones de bronceado.
Comprender los
tipos de piel
El tipo de piel se refiere a las categorías utilizadas por el FDA y la
AAD. Como se ha dicho, esta clasificación obedece al tono de piel y a la
sensibilidad ante la luz UV.
El FDA y la AAD recomiendan conocer el tipo de piel que se posee para
poder planear con cuidado la exposición a la luz solar o a las camas solares.
Por ejemplo, la piel tipo II requiere sesiones más cortas que las de la piel
tipo III.
Acerca de la piel
tipo I
La piel tipo I es la más clara y más proclive a sufrir quemaduras según
el sistema de clasificación explicado. Las personas cuyo cuerpo tiene este tipo
de piel sufren quemaduras fácilmente, nunca logran un buen bronceado y son
extremadamente sensitivos.
Este tipo de piel es muy claro en tono. En lugar de broncearse, puede
desarrollar pecas cuando se expone a un poco de luz solar. A las personas que
tienen este tipo de piel se les recomienda no sobrexponerse a los rayos UV, ya
sea por luz solar o artificial.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario